Cuando tienes el color del sol y confianza en el interior
el resultado es una armonía casi matemática.
Iluminas la vista a quien se para en ti
a pesar de que tu pequeñez te esconde para ojos despistados.
Tus raíces son tu fuerza,
son anclas que te impulsan a vivir a tu manera.
Y así te conviertes para mí en la imagen de la resiliencia
te bautizo y te adopto como ejemplo.
Te levantas y te estiras en tu esfuerzo
en cualquier terreno, en cualquier situación.
En los momentos acolchados de verde facilidad
en los que la vida es placentera
te dejas llevar por la brisa.
Pero también te creces en esos otros áridos y resecos
en los que te ves privada de lo que más deseas.
Te plantas orgullosa ante las piedras del camino,
que se hacen inmóviles gigantes que no te dejan respirar,
y aún así, mírate,
eres maravillosa,
agarrándote orgullosa a tu verdad, mostrando al mundo tu color de sol y tu armonía casi matemática.
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