febrero 13, 2025

ESTANTES DE PAPEL

Un blog donde fluye la creativad y la imaginación

RESISTIRÉ

El grupo de octogenarios se hallaba reunido en la sala bien iluminada y acondicionada del primer piso, esperando la llegada de la joven musicoterapeuta que, dos días a la semana, activaba sus recuerdos a través de las canciones de su vida. Era sorprendente cómo sus rostros distantes y distraídos cambiaban al escuchar las primeras notas de su canción favorita. Sus ojos, de golpe jóvenes, se abrían para dejar escapar unas lágrimas que iluminaban aún más sus luceros. Permitían que su memoria, alejada del presente, retornara a ese momento para recordar la canción, lo que se manifestaba en un tarareo que se convertía en monosílabos y frases sueltas acordes con la melodía.

Ese era el único instante, el único momento del día en el que esos longevos revivían su juventud, saliendo de la cotidianeidad de su continua rutina.

Pero Federica, según pasaban los días, se sentía cada vez más preocupada, y el “Resistiré” del Dúo Dinámico no servía de consuelo para su angustia. El «resistiré» para ella se estaba convirtiendo en angustia, bajo un dogma ético que le interrogaba sobre si estaba realizando lo correcto. La falta de consenso, pero sobre todo el miedo ante un enemigo invisible, ponía en duda la continuidad de sus funciones en el centro al que acudía. Un oscuro hombre vestido de negro nublaba la mente de todos. Un agente vestido con el traje del miedo entraba en casa de todos para no querer irse. Y ese miedo al contagio, a ser tocados por el señor Colvi, le infligía un duro castigo emocional y psicológico. Pero no por ella, ni por lo que trasportase a su casa, sino por perderlos a todos ellos, por dejarles sin esa pequeña sesión que era la única actividad diaria que despertaba sus instintos esenciales.

Algunos, presionados por ese hombre misterioso, por la psicosis de la crisis, abandonaban el desempeño de sus labores. Federica no, ella seguía resistiendo, pero necesitaba para ello el acompañamiento moral de un personal que acreditase la necesidad de sus funciones. Continuos mensajes mantenían en vilo a Federica tras su jornada laboral. El debate sobre si estaba justificada la asistencia en un momento tan crucial acaparaba toda su atención. Todos veían necesaria la realización de sus funciones y del resto de sus compañeras por un bien psicológico, por un bien mental.

Su determinación y valentía se veían recompensadas al comienzo de sus sesiones por un colectivo que veía que ella, junto al resto de sus compañeras, no se amedrentaban manteniendo sus funciones imprescindibles hacia sus mayores. Iban a resistir hasta que su presencia fuese estrictamente necesaria, porque no solo es daño el físico, sino también el psicológico por sentirse abandonado o solitario.

No son héroes, ni mucho menos, son profesionales como muchos otros que tienen muy interiorizado su hacer, su devoción por los demás, e iban a resistir hasta que pudiesen.

Porque aunque los vientos de la vida soplen fuerte, son como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie. E iban a resistir.